domingo, 31 de diciembre de 2017

El fin de todo. O quizá el principio

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 Bienvenidas y bienvenidos a la tercera edición de la despedida del año. Creo que ya conocéis la mecánica de este invento, pero por si acaso: es un muy pequeño resumen de las personas que han hecho el año para mí, y de las que supongo también he hecho yo. Unas palabrejas por si muero el año que viene; que queden aquí, que a veces se me olvida más un 'te quiero' que fregar los platos. Pues allá vamos, que me dan las uvas y con esto de atragantarse no me da la vida.

 Este es el fin, pero también el principio de un grupo de cinco objetos muy, muy perdidos. Que se entienden y se encuentran. Si llegamos tarde es por respeto a la esencia de uno mismo, que no hay problema, que sigue siendo sábado por la mañana y la música no se va a ninguna parte, sino nosotros con ella.

 Este es el fin, pero también el principio de unos tristes muy tristes que se van de paseo y vuelven tan alegres que podrían llenar todos los vasos medio vacíos y hacerlos desbordar. La seguridad que se genera a nuestro paso, juntos, no la habían inspirado ni bomberos ni guías sobre qué hacer en caso de accidente aéreo. Lleguemos alto de la mano.

 Este es el fin, pero también el principio del segundo año a tu lado, porque estoy aquí, 'ya lo sabes'. Y estaré hasta que digas basta. Ha sido un año de guerra, de banderas negras y banderas blancas, pero el enemigo es todos ellos, tú y yo somos del mismo bando, y lo sabremos cantando alrededor de una fogata muy pronto.

 Este es el fin, pero también el principio de muchísimas pequeñas amistades que deben regarse y así llegar a su primavera, además de otras que llevan aquí desde la primavera anterior:

 Somos tan iguales que asusta. Pero después de asustar, me alegra tantísimo. Me alegra que seas tú. Cuanto más alcohol haya de por medio, mejor, pero sin él sigo pensando lo mismo de ti.

 Tu amor por los pájaros que me llena de tanta ternura que me hace levitar; que me hace volar.

 Quien más me conoció hace milenios y a la que espero volver a conocer otra vez. No me gusta sentirte tan, tan lejos. Recuerda nuestra promesa irrompible. Sonrío.

 Tú, el principio fue hace un tiempo, pero espero que sea pronto el fin de tu mala adicción. Que sé y sabes lo guapa que estás cuando fumas, pero también sabes que no lo necesitas.

 Este es el fin, y espero que otra vez el principio de algo que nos unió a tres el año pasado y que se ha ido descosiendo este año. No permitamos que se suelte por completo. Dios, por la música.

 Este es el fin, y tengo la completa seguridad de que el principio del cuarto (quién lo diría) año que sigo enamorado de cómo respiras, y de cómo respiras en mi vida. Qué te voy a decir que no te haya dicho día tras día. Urano, te siento cerca, y espero nunca sentirte más lejos de una órbita.

 Este es el fin, y un muy nuevo principio de tu nueva vida, que espero que de nuevo sea bien cerca de aquí (a pesar de esos kilómetros). Bécquer sigue orgulloso de quienes fuimos, quienes somos y quienes seremos. Simplemente recuérdalo, mientras nos miraba fijamente y los pájaros simbolizaban algo más que el amor y la amistad; la poesía y la música.

 Este es el fin, lo sé, pero cuando quieras puede volver a ser el principio, Saturno. Sigo recordando la canción del fuego como el primer día, pero no hay hora que no piense en cómo me gustaría volver a escucharla. Date tiempo; yo te regalo el mío si te hace falta. Estoy esperando a que camines por aquí.

 Este es el fin, y a pesar de ser un confuso, sé que será el principio. Déjame a mí ser el que dude, pero tú tenlo bastante claro: siempre será broma. Estoy aquí. Y te quiero. Lo dijo una canción, dijiste que sí, y esto no es un para nada, es un para todo. Vivan todos los tigres y todos los osos que esta noche duermen tranquilos.

 Este es el fin más principio que he vivido nunca. Siempre he sentido una especie de extraña unión con los parques, pero nunca se me hubiese ocurrido que hasta los árboles sabían que nos conoceríamos bien en ellos; que allí tú serías la respuesta a una apuesta segura, que abriríamos nuestras almas y las diez próximas, que las estrellas estuviesen tan cerca que podríamos invitarlas a cenar. Por inventarnos una palabra que explique el sentimiento mutuo que nos tenemos. Siempre serás y formarás parte del mejor plan de futuro de todo el universo aún en expansión.

 Este es el fin, pero desde que nací siempre ha sido el principio a vuestro lado. Como dije una vez y no dejo de repetir: a ti, por darme la vida y algo más, y a ti, por quitármela y devolvérmela. El día a día y la noche a noche: aquí y ahí.

 Este es el fin, pero quizá el principio de mí junto a mí; de mí, por fin, junto a mí. Ha sido tu deseo de cumpleaños, y se cumplirá. Mi yo de nueve años sentenció este año que entra como la grandísima y verdadera despedida, pero hablando de oportunidades, me debo una. Así que eso haré. Y en diez años, quién sabe, pero quizá sea el principio de otra oportunidad.

 Si este año fuese un poemario tendría bastantes títulos. Como por ejemplo: "La ansiedad: volumen x", "El año de la verdad; de la verdadera amistad" o "El año impar más par de la historia".

 Pero quiero que este gran capítulo se cierre: es el fin de todo, pero el principio de todo lo demás. Tengo grandísimas expectativas (como Urano) sobre el próximo año. Buenas noches, mundo. Buenas noches, Sistema Solar.

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