sábado, 9 de abril de 2016

O eso me haces suponer

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22:43.

Supongo que ya no quedan velas aromáticas de chocolate.
Supongo que tu coche no está aparcado en nuestra puerta.
Y supongo que esta es mi casa,
y no nuestra.

22:44.

¿Por qué es tan difícil dejar de suponer cosas
 que ya han ocurrido?
¿Es que seguimos siendo niños y nunca dejamos de creer?
Supongo que sí.

22:45

Quizá esté perdiendo la noción de mi ser.
¿Qué hora es? Debería preguntarle a las nubes.
Se van cómo tú.
¿Será hora de irme yo también?
Supongo que sí.

22:46.

Cada vez voy más a contrarreloj.
Y cuando lo intento, más rápido va la aguja.
Esta es la carrera sin premio de la que nos llevan hablando tantos años,
de la que creías que no merecía la pena correr.
El riesgo.
Supongo que sí.

22:47

Tengo miedo.
Tengo miedo a los coches blancos,
a los miércoles,
a los días en los que solo se habla español,
a los mensajes que llegan de uno en uno.
A las caricias.
¿Al amor?
Supongo que sí.

18:48.

Qué tarde es.
Y solo han pasado cinco minutos.
Cinco minutos en los que he vuelto a recordarte.
Qué tarde debe ser para ti.
Para que no vuelvas
y me dejes con estos miedos encima.
Y deberás suponerlo.
Porque estarías loca de no hacerlo.
Y bastante cuerda estabas cuando te fuiste.
O eso me haces suponer.




 Esta entrada -o poema- figuraba en borradores, y sinceramente, me daba pena dejarla ahí sin usarla.

 Así que, aquí la tenéis.

 Además, este poema -o así he decidido bautizarle-, está aquí gracias a quien me ha brindado el día con más poesía. Gracias por regalar poesía a quien pierde los nervios por escribirla.

 Nos veremos próximamente por aquí, porque volveré pronto. Prometido.

 Hasta la próxima, versos.
 -Marilen (y la tilde invisible en la e).

Marilenendless@gmail.com