jueves, 31 de diciembre de 2015

Agradece y perdona

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 Os dije que vendría, y aquí estoy, incluso antes de que este año acabe -siempre aparezco al final, qué se le va a hacer-.
 La verdad es que esta entrada viene para cerrar el año. Supongo que era de esperar.

 Sinceramente, este no ha sido para nada mi año. Pero nada de nada. Y si alguno ha pasado un mal año también, no decaigáis, lo mejor siempre se hace esperar, y si no queréis esperar más, lanzaos a cogerlo. El destino natural de todos los seres humanos es la felicidad.

 Pero... no todo ha sido de color negro. Por eso en esta entrada; voy a agradecer a todos los que han formado parte de este año. Pero lo agradeceré a mi manera. Ya me vais conociendo.

 Y, antes de empezar, quiero animaros. No me gustaría saber que alguno de mis queridos lectores se siente mal leyéndome, porque mi mayor deseo es hacer feliz a la gente de una manera u otra. Por eso, quiero recordaros que siempre, siempre, siempre hay salida para todo. La cosa es tener suficiente fuerza para abrir la puerta y salir. Sonreíd.

 Así que, empiezo.

 Gracias a ti, por otro año más haciéndote cargo del caos y desastre que soy, como siempre.

 Gracias a ti, por abrirte por primera vez y contarme cosas que nadie más ha querido.

 Gracias a ti, por confiar tanto en mí y por dejarte confiar desde hace casi dos años.

 Gracias a ti, porque aunque nos conozcamos de poco, hayamos entallado esta bonita amistad.

 Gracias a ti, porque te echaré de menos, pero te recuerdo como una gran melodía.

 Gracias a ti, porque aunque te hable poco, te recuerdo que me preocupo por ti, así que deja de fumar.

 Gracias a ti, y que la música te acompañe siempre.

 Gracias a vosotros, porque ahora ir en autobús cada viernes es una gran delicia.

 Gracias a vosotros, porque hicisteis que las llamadas fuesen divertidas.

 Gracias a vosotros, porque nunca me había interesado tanto el baile hasta que lo empezasteis.

 Gracias a ti, por aparecer como una estrella fugaz y hacerte realidad como un deseo.

 Gracias a ti, por enseñarme que el amor tiene un gran esfuerzo y que los obstáculos son lo de menos si se siente de verdad.

 Gracias a todos vosotros, por hacer funcionar una idea y por prestarme vuestro tiempo.


 Y sinceramente, doy las gracias a cada ser del planeta, por el hecho de seguir aquí otro año más. Y a los que se fueron; buen viaje.

 Año nuevo, vida nueva, ¿no? Pues hagamos algo para que este año que entra nuestra vida sea realmente buena. Luchad, luchad y luchad.

 Agradecer y perdonar son el camino para conseguir una vida placentera.

 Y como ya he agradecido, ahora perdono a todos aquellos que provocaron un año menos brillante.

 Así que, terminando con esta entrada:

 Gracias a mí, por seguir luchando por aquello que realmente creo necesario en mis días y por no rendirme jamás de los jamases.



 Y esta entrada no tiene más parafernalia, porque el último día del año no es para malgastarlo leyendo a una desconocida, ¿no es así, querido lector? Sal afuera, que el día te espera.

 Por último, feliz año nuevo, que ya no nos leemos hasta el año que viene. Qué chispa de chiste, ¿eh, eh, eh?

 Hasta la próxima, años nuevos.
Marilen (y la tilde invisible en la e)

Marilenendless@gmail.com

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